Un año más, habrá personas que están pensando en hacer El Camino de Santiago. Para aquellos que se dispongan a realizarlo por primera vez, me permito darles estas sugerencias fruto de mi experiencia personal.
¿Cómo prepararlo?
Ten en cuenta que la etapa media
va a ser de unos 25 Km .
(si un día tienes 20 el siguiente o el anterior será de 30) por lo tanto es
conveniente que empieces a entrenar con suficiente antelación (te sugeriría un
mes como mínimo). Si tienes algún recorrido por tu barrio o algún parque cuya
longitud conoces puedes usarlo. Puedes empezar por unos 5 Km . para aumentarlo
gradualmente, por ejemplo cada semana 3 ó 5 Km . más, hasta llegar a hacer los 20 Km . Ten en cuenta que
hacer 20 Km .
un día no es difícil. El problema es hacerlo varios días seguidos.
Sería bueno que el circuito que
emplees tenga subidas y bajadas: etapas completamente llanas no hay
prácticamente ninguna. Yo empleo la cinta del gimnasio en la que se pueden
graduar tanto la velocidad como la inclinación. Uso entre el 6 y el 12 % de
inclinación. Si te acostumbras a estas lo llevarás bastante bien.
Revisa tus pies antes de la salida. Especialmente
las uñas, si las llevas mal pueden hacerte mucho daño.
No se te ocurra llevar calzado
nuevo. Es necesario que las botas las hayas llevado entre 30 ó 40 Km . para que tengas los
pies habituados a ellas. Es importante que transpiren bien para que no acabes
con los pies cocidos. Las mejores marcas son Chirucas o Quechua. Usan un tejido
llamado goretess que permite que los pies transpiren adecuadamente.
Procura llevar los calcetines
bien secos. Si cuando comiences la etapa no se han terminado de secar los del
día anterior puedes colgártelos de las correas de la mochila (con el movimiento
del camino secan bastante rápido). Si hace falta, cámbiatelos a lo largo de la
etapa las veces que sea necesario. No te arrepentirás.
Mira que no te hagan arrugas. Si
llevan costuras póntelos del revés.
No te obsesiones con seguir el
ritmo de otros. Fatiga tanto o más ir a menor ritmo de lo normal que ir más
rápido. Camina al que te resulte cómodo a ti. Una forma eficaz de comprobar si
llevas el ritmo adecuado es la prueba que llaman “Hablar y cantar”: si durante
el transcurso normal de la etapa ves que tienes dificultad para hablar es
porque te estás esforzando más de lo conveniente. Si, por el contrario, puedes
cantar es que te estás esforzando poco.
Si al finalizar la etapa tienes
los pies hinchados ponlos a remojo unos 15 ó 20 minutos: en un recipiente con
agua tibia hecha sal y vinagre. Luego te das un masaje con alcohol de romero.
Si no tienes otra cosa,
frotártelos con Trombocid después de la ducha también da muy buen resultado.
¿Llevarás coche de apoyo o
tendrás que llevar mochila con todo el equipaje? Si llevas coche de apoyo será
suficiente con una pequeña mochila para llevar el agua, algo de comer, el
chubasquero y la ropa que te vayas quitando conforme caminas y entras en calor.
Si has de llevar todo el equipaje unos días antes deberías empezar a caminar
con algo de peso. Algunos de mis compañeros se ponen en la mochila una garrafa
de agua de cinco litros. Yo, un mes antes comienzo en la cinta con la mochila:
la primera semana le pongo 5 Kg .
y cada semana voy subiendo el peso. Sobre éste ya te hablaré cuando llegue al
apartado del equipaje.
Equipaje.
1. Bastón.
Aquí interviene ya el gusto de
cada uno.
Tienes de tres tipos:
- El bordón típico.- Es el bastón de madera tradicional un poco más alto que la persona que lo lleva.
- El bastón de madera.- De algo más de un metro de altura.
- El bastón de aluminio extensible.- En estos dos casos puedes llevar un bastón o dos.
En el caso del bordón y los
bastones de madera debes mirar que no sean muy frágiles ni muy pesados. Los
bastones de madera y los de aluminio suelen llevar para engancharlos a la muñeca. Eso parece muy
cómodo pero yo no te lo aconsejo: Si te caes, al llevarlos sujetos no puedes
deshacerte de ellos y te romperías algún dedo (actuarían como una guillotina).
-
Los bastones tienen muchas utilidades: en las subidas
como punto de apoyo y en las bajadas para prevenir resbalones.
En los charcos
te permiten comprobar la profundidad para no meter el pie más de la cuenta.
En zonas de
hierva y arbustos para ahuyentar culebras, lagartos y similares (en la etapa de
San Juan de Ortega a Burgos me salió una víbora pero las mujeres se pusieron a
berrear y salió huyendo).
Para
defenderte de los perros, que a veces sale alguno.
También, en
combinación con el chubasquero y algún arbusto adecuado, para improvisar un
excusado donde poder hacer tus necesidades o cambiarte de ropa a resguardo de
miradas ajenas.
La forma correcta de coger el
bastón es que el codo forme ángulo recto. Si tu bastón no te lo permite
cámbialo.
2. Mochila.
Este capítulo
es muy importante si tienes que llevar tú todo el equipaje. En este caso piensa
que el peso máximo recomendable es el 10 % de tu peso.
Es importante
que la mochila pueda abrocharse a la cintura para que el peso no recaiga sobre
los hombros. Si lleva para sujetarse a la altura del pecho es conveniente que
no esté prieto. Incluso en momentos de cansancio puede ser necesario
desabrocharlo porque de lo contrario no te permitirá respirar bien.
La gente se
pone a meter cosas, muchas de las cuales no va a usar, porque está acostumbrada
a usarlas a diario. Luego, conforme van pasando las etapas y lo notas en la
espalda, te empiezas a arrepentir y a buscar la forma de enviar peso a casa.
Puede ayudarte
que la mochila no sea excesivamente grande, lo que te obligará a seleccionar lo
que metes. Además también tienes que contar con el peso de la mochila. Yo me he
juntado con algunos cuya mochila vacía pesaba dos kilos más que la mía.
Mi método fue
poner la mochila a un lado y la báscula a otro y conforme la iba llenando la
pesaba. Metí en total 5 kilos mochila incluida. No me junté con nadie que
llevara tan poco peso como yo.
Así se dan
vida algunos taxistas que se dedican a transportar mochilas de peregrinos.
Cobran 7 € por etapa y hay mucha gente que los paga.
Yo llevaba: 3
camisetas
2 pantalones cortos
1 Sudadera o jersey grueso
1 chandal
1 pantalón y una camisa de vestir para
por las tardes
Gel de baño
Utensilios de afeitar
Toalla (que se seque bien)
Chanclas para ducha y para por las
tardes (te pueden servir las mismas).
Chubasquero tipo poncho que en caso
necesario te cubre la mochila y plegado no ocupa apenas sitio
Navaja multiusos
Pequeña linterna
Sombrero o gorra
Saco de dormir. Si no vas en época de
mucho frío los hay muy pequeños (el mío como un balón de rugby) y calientan
bastante.
Papel higiénico: en los albergues
suele acabarse.
Botiquín: Repelente para insectos
Tiritas
Betadine
Alcohol de romero
Parches Compeed
Tijeras pequeñas
Aspirinas
Aguja e hilo (para las ampollas: te la pinchas como si fueras a
cosértela y dejas el hilo dentro. A la mañana siguiente tiras del hilo y con él
sale toda la porquería).
Esparadrapo: cuando la ampolla está debajo del pie te la rodeas con
tiras de esparadrapo, una capa sobre otra, hasta que levante más el esparadrapo
que la ampolla. De
esa forma podrás pisar sin que tu peso recaiga sobre la ampolla.
Repelente de insectos: abundan
los chinches
Documentación: DNI
Cartilla de la Seguridad Social
Credencial del peregrino (Tiene descuentos en muchos sitios).
Dormir en los albergues:
Toma
precauciones. No te separes del dinero, tarjetas de crédito, móviles,
documentación, etc. ni para ducharte (a esas cosas les suelen salir pies). Yo
para dormir me lo metía dentro del saco. Vale más dormir incómodo que
despertarte con un disgusto.
No hace falta
la esterilla porque ahora, incluso en los sitios que se habilitan para dormir
en el suelo, es obligatorio que haya colchón por lo que ya sólo es útil si a lo
largo del camino quieres descansar un poco y no quieres echarte directamente en
el suelo.
Ahora ya no es
necesario llevar utensilios de cocina. Los albergues que disponen de cocinas
tienen de todo. Algunos incluso disponen de tienda para comprar en ellos lo
necesario.
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